Como buena fangirl que me considero de Brandon Sanderson, no podía dejar pasar la saga Alcatraz contra los bibliotecarios malvados. También, como buena fangirl que soy, no podía resistirme a la tentación de hablaros de estos libros en la semana especial sobre literatura infantil.

Alcatraz es un niño huérfano que rompe cosas. No es que sea su intención hacerlo, ni lo haga con malicia, solo que desde que tiene memoria todo lo que toca se rompe. Debido a esto ha ido cambiando de casas de acogida ya que sus tutores estaban hartos de que Alcatraz rompiera cosas. Cuando Alcatraz cumple los 13 años recibe su herencia, una bolsita de arena que resulta ser un factor muy importante dentro de la lucha entre los bibliotecarios y las Tierras Libres. No solo eso, sino que el día después de su cumpleaños, conoce a su abuelo, un extraño hombre que dice cosas sin mucha lógica (como que el romper cosas es un don, que los bibliotecarios son malos y que la magia existe).

Os mentiría si os dijera que tenía grandes expectativas. Sí, es Sanderson y él nunca decepciona, pero yo, a día 2 de enero de 2017, seguía pensando que la literatura infantil/middle-grade era superficial y simple. Y dado que he hecho una entrada sobre libros middle-grade que quiero leer, queda sobreentendido que ya no pienso así. Y aquí están mis razones para leerlo:

• ¿Te gusta que un escritor rompa la cuarta pared? Pues toma una saga entera de Sanderson haciéndolo. No solo se ríe de sí mismo, de los escritores y de todos los trucos que estos tienen, sino que a veces esto le sirve como crítica. El resultado es divertidísimo, hasta el punto de que te da igual la historia (porque, tengo que admitirlo, la historia es normalilla) y sigues leyendo solo por ver con qué te sorprenderá después.

  He sido muchas cosas en mi vida: estudiante, espía, sacrificio, planta de maceta… Sin embargo, en estos momentos soy algo muy distinto a todo eso, algo mucho más espeluznante. Soy escritor.

  ¿Os habéis enfadado ya conmigo? Bien. Me he esforzado mucho –quizá después os explique por qué- por frustraros. Un de las formas de hacerlo es dejando situaciones de máximo suspense sin resolver al final de los capítulos. Este tipo de cosas os obligan a vosotros, los lectores, a seguir avanzando en mi historia.

• Su sistema de magia. Sanderson es conocido por inventarse sistemas de magia bien construidos, originales, impresionantes y “cinematográficos”, en general, muy llamativos. Alcatraz contra los bibliotecarios malvados no iba a ser menos. Por un lado están los dones. Desde nuestro punto de vista (que es el de las Tierras Silenciadas) los consideraríamos maldiciones ya que pueden ir desde romper cosas a llegar tarde siempre o a perderse. Por otro lado están las lentes de oculantista que permiten hacer cosas como lanzar rayos de fuego o seguir las pisadas de otros.
• Aprenderéis cultura general. Ojalá Sanderson me hubiese explicado filosofía, hubiese aprobado a la primera (al menos se le da bien explicar a Platón).
• Todo lo que no tiene lógica en este mundo la tiene en las Tierras Libres. ¿Cómo puede ser esto una razón para leerlo? Te dan argumentos de por qué son mejores las escaleras que los ascensores o por qué es una tontería pensar que el planeta está constituido por un setenta por ciento de agua. Es más, si intentas contradecirlos lo más seguro es que te miren como si fueses tontos.
• Es Brandon Sanderson, no sé ni por qué os he dado tantas razones para leer Alcatraz si con esta vale :)

  Los autores escribimos libros por una única razón: porque nos gusta torturar a la gente.

  Me han dicho que darse un golpe en la cabeza con un objeto contundente funciona bastante bien. Probad a usar una de las novelas de fantasía de Brandon Sanderson.

Os voy a admitir que me ha costado bastante escribir esta entrada porque solo me salía decir “Aaaaaaaah mola mucho, y es muy guay y genial y mola y es Sanderson y…”, digamos que no sería una entrada con demasiado sentido ni muy larga. Como ya decía, no es una saga con una historia muy original pero todo lo que rodea la historia hace que merezca mucho la pena leerlo.