Juvenil romántica: ¿por qué no me gusta?

domingo, 13 de noviembre de 2016

Antes de empezar, quiero decir que esto iba a ser una reseña hater para “la miseria de leer”, pero mientras la escribía me he dado cuenta de que tengo tantas cosas que decir sobre el tema que reseñando un solo libro no iba a poder hacerlo. Así que se me ha ocurrido que era buena idea empezar con una serie de entradas sobre la literatura juvenil romántica porque tengo muchas cuestiones que abordar y no puedo hacerlo bien de una sola vez.


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Por lo general la literatura juvenil, como bien sabéis, está muy mal considerada entre los eruditos del mundillo (y por alguna de nuestras colaboradoras). También lo está la literatura romántica en general, así que podéis haceros una idea de cómo se ven desde fuera las novelas de juvenil romántica.

Yo, que me considero una fiel amante del género romántico y he visto al menos el noventa por ciento de las comedias románticas y demás ñoñerías que se hayan estrenado alguna vez en cine o televisión, me extraño cada vez que cojo un libro del género y salgo completamente asqueada. ¿Habrá desaparecido mi faceta más cursi?, me digo. Pero después veo cualquier película de Katherine Heigl, se me encoge el corazoncito y me doy cuenta de que no; mi moñismo está intacto.

Lo que me pasa con este tipo de libros es que en la mayoría de los casos romantizan actitudes tóxicas, idealizan el sufrimiento e incluso algunas enfermedades graves, el papel de la mujer en ellos da pena o simplemente tienen tanto drama que es absolutamente imposible imaginar a dos adolescentes de verdad en una situación parecida.


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He de decir que cuando era ligeramente más joven y sabía mucho menos de la vida (y del feminismo) era bastante más feliz. Todas las historias romanticonas que caían en mis manos me parecían pedacitos de cielo envueltos en caramelo líquido. Cuando creces, ves, experimentas y aprendes todo cambia. Edward pasa de ser un vampiro encantador a un acosador que te mira mientras duermes, te aleja de tus amigos, te prohíbe ver a otro chico “por tu propia seguridad” y da bastante mal rollo en general. Aunque bueno, para ser sinceros, nunca fui demasiado fan de este señor. Yo quería más al lobo violento, que te besa por la fuerza y te chantajea emocionalmente para que no lo abandones. Sí señor, viva el buen gusto.


applause

Cuando empecé a arrugar la frente ante lo que leía en estos libros, a poner los ojos en blanco a cada párrafo y a dolerme la cabeza de tantos facepalms involuntarios fue cuando me di cuenta de que algo no iba bien con la juvenil romántica. Fue entonces también cuando me volví crítica con la literatura, cada vez más. Ya no buscaba que una novela me entretuviera o me llegara un poco a la patata, ahora también quería que el mensaje fuera correcto y bueno, y que se denunciaran las actitudes dañinas de los personajes.

En base a todo esto tengo por costumbre leer algo de juvenil romántica de vez en cuando para comprobar si son todos así o podemos encontrar el hilo de oro dentro del pajar. He hecho un pequeño balance de los libros de este estilo que he leído en los últimos tiempos y se me han ocurrido varios temas sobre los que hablar en próximas entradas. ¿Os gustaría? (Lo haré de todos modos pero es de buena educación preguntar).

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4 comentarios

  1. Quiero, oh, sí quiero :3

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  2. Me ha encantado la entrada. Y estoy de acuerdo con lo que pones. Hay que ser más críticos con este tipo de género porque puede ser perjudicial para las espectativas de los jóvenes creer que el amor es la relación ideal es la de Bella y Edward por ejemplo.

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