Razones para leer a José Antonio Cotrina
(y morir en el intento)

domingo, 30 de octubre de 2016

¡Olvidaos de Halloween, mañana es la noche de Samhein!


Es evidente que teníamos que hacer una entrada sobre libros que recomendamos para esta época (al fin y al cabo, somos un blog de literatura) y yo venía a recomendar El Ciclo de la Luna Roja, pero luego pensé que cualquier cosa que escriba Cotrina es apropiada para Halloween y, ya que estamos con especiales en esta semana, os traigo el primer “razones para leer” que no va dedicado a un solo libro.

  • Cuando lees fantasía, mola que te creen un mundo bien construido e interesante, un buen worldbuilding siempre es de agradecer, ¿no? Bueno, pues en los libros de Cotrina no te crea un mundo, te crea unos veintisiete. Creo que una de las cosas que más me impresionó de la Canción Secreta del Mundo fue precisamente ese viaje entre mundos: tantos, tan distintos, tétricos y tan imaginativos.
  • Lo cual me lleva al siguiente punto y es que cada página derrocha una cantidad de imaginación impresionante y (lo que es mejor) está tan bien escrito que te crea una sensación de inmersión que a veces puede dejarte un poco trastocada. Yo recuerdo pasarme dos paradas de tren leyendo un capítulo del segundo libro de la Luna Roja, pero es que me iba a dar un infarto porque estaba tan en situación que la angustia era muy real, muy real.

  • Y luego están las descripciones, por supuesto. Las descripciones son una maravilla. Para crear ese efecto de inmersión se tiene que crear algo que no sólo te transmita una imagen muy visual, si no que tenga algo más y yo no sé qué decir, porque no tengo palabras, así que os voy a dejar este párrafo que tengo subrayado y marcado como #goals que habla mejor que yo.

  • A los pies del acantilado se apilaban los restos de decenas de embarcaciones, unas encalladas en los arrecifes y otras sumergidas por completo. Eran de todo tipo y diseño, desde primitivas barcas de pescadores hasta gigantescas galeras de guerra. Había tal cantidad de barcos que los muchachos tenían la impresión de estar asomándose a una ciudad construida a base de cubiertas, quillas y cordajes. Los mástiles se elevaban aquí y allá como árboles centenarios; algunos todavía con las velas enredadas en su tronco, otros quebrados y caídos sobre los puentes de mando y con las cubiertas inclinadas. Las algas pintaban de verde los cascos y unas siniestras aves grises volaban entre los restos, a la pesca de crustáceos y peces. Todo aquel conglomerado de madera podrida, velas, cuerdas y acero se bamboleaba despacio, al compás del mar que lo sostenía. Hasta el último de los barcos estaba recubierto con la bruma negra de advertencia. Más allá se extendía el océano, repleto de reflejos y ondulaciones

  • El siguiente punto iba a ser: Ten cuidado con quién eliges como favorito porque puede que sufras mucho, pero lo cierto es que da un poco igual a quién elijas, vas a sufrir igual.
    Ojo, esto es bueno, porque significa que crea unos personajes con los que es fácil conectar, aunque sea un recurso que se utilice en vuestra contra para romper corazoncitos en pedazos. Si sois como yo, que os gusta que os hagan llorar y tirar libros contra la pared, disfrutaréis el sufrimiento. Si no, al menos vais advertidos.
  • Nada es lo que te esperas, nunca. Puede que los planteamientos de las novelas os parezcan simples en principio, peeeeeeero no. No sé si es una especie de deconstrucción o qué es, el caso es que los plot-twists están garantizados (yo aún sigo en shock por el final de La Canción Secreta del Mundo y no sé si lo voy a superar, en realidad).
    ¿Y esos personajes que a todas luces esperabas odiar? ¡Vas a acabar llorando por ellos! (Un saludo a nuestra amiga Nerea, que se va a sentir identificada en este punto)
  • Ya sé que he recalcado mucho el sufrimiento, lo tétrico y el horror de los libros de Cotrina, pero es que es una entrada especial de Halloween. Tranquilos, de todas formas, si no os gusta todo esto, porque los libros al menos tienen momentos divertidos que te alivian un poco el rato entre sufrimiento y sufrimiento. Y si no queréis sufrir nada de nada tenéis El Día del Dragón que ha salido hace nada (co-escrito con Gabriella Campbell, de quien también somos muy fans en Miserables Literarios), está lleno de chistes malos, saltos entre mundos y personajes entrañables. Llevo una semana recomendándoselo a todo el mundo, así que ya sabéis.
  • Por último (y no menos importante) en la presentación de El Día del Dragón descubrimos que uno de los rituales de Cotrina a la hora de escribir es sacrificar lémures. ¡No dejéis que los lémures se extingan en vano y al menos leedle! ¿No? Hacedlo por este lémur.

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3 comentarios

  1. Hola!!

    A ver, aún a cuenta de que me tachéis de miedica, llevo 2 años con La Canción Secreta del Mundo en la estantería y no me acabo de atrever a leerla por si da miedo xD. ¿Tendré que correr a esconderme en algún lugar secreto de la casa cuando empiece a leerla?

    Un beso!!

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    Respuestas
    1. ¡Pues anímate porque vale mucho la pena! Tiene sus momentos de mal rollo pero no lo considero "terror" en absoluto. ¡Un beso y gracias por pasarte!

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